Si la paz, la imperturbabilidad, la imparcialidad y todo el poder que eso comporta, son las características del universo al que pertenecemos, esas mismas características se dan en el universo de nuestra consciencia. En realidad no existen dos universos sino UNO.
A pesar de todo, las adversidades, la desesperación o los deseos nos hace pensar en MILAGROS. Recurrimos a la oración o a cualquier medio que pueda proporcionarnos lo que queremos o evitar lo que no queremos. Pero las oraciones no siempre son atendidas y uno descubre que el Universo no es un almacén de antojos con los que apuntalar nuestra miserable existencia. Su misión no es otra que brindar oportunidades de EVOLUCIONAR, a veces por las buenas y a veces por las malas; todo depende de si somos más o menos torpes y más o menos obstinados en REPETIR lo que sabemos que no nos sirve.
Uno tiene que experimentar la vida por sí mismo y eso incluye que a veces haya necesidades reales de que un milagro suceda.
A pesar de todo, las adversidades, la desesperación o los deseos nos hace pensar en MILAGROS. Recurrimos a la oración o a cualquier medio que pueda proporcionarnos lo que queremos o evitar lo que no queremos. Pero las oraciones no siempre son atendidas y uno descubre que el Universo no es un almacén de antojos con los que apuntalar nuestra miserable existencia. Su misión no es otra que brindar oportunidades de EVOLUCIONAR, a veces por las buenas y a veces por las malas; todo depende de si somos más o menos torpes y más o menos obstinados en REPETIR lo que sabemos que no nos sirve.
Uno tiene que experimentar la vida por sí mismo y eso incluye que a veces haya necesidades reales de que un milagro suceda.
De mi libro:“Un dios en el bolsillo“
Antonio Jódar Calpe.
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