Todos anhelamos la tranquilidad. Pero tan pronto como tenemos tiempo para descansar, sentimos que la tranquilidad no surge automáticamente. Por el contrario, la tranquilidad exteriornos deja interiormente intranquilos. Entonces surgen muchos pensamientos que, en otro caso, reprimimos. Entonces nos acordamos de la compañera de trabajo que nos ha amargado la vida. El jefe aparece en nuestra imaginación como alguien que nos quiere cortar las alas a cada momento. La decepción se extiende sobre toda la vida que no hemos vivido. Lossentimientos de culpa corroe en nuestra paz interior. Nos ponemos a pensar, y los pensamientos no nos dejan en paz.
Entonces necesitamos al Ángel de la Tranquilidad para que nos deje descansar. Él nos proporciona la sensación que ahora no necesitamos resolver, los muchos problemas que nos ocupan. Permanece junto a nosotros cuando nos atormentamos con sentimientos de culpa. Nos dice:"Ya está bien así. Estoy contigo. A pesar de todas tus faltas, yo soy tu ángel, un ángel que no te abandona". El Ángel de la Tranquilidad nos consuela cuando la decepción se extiende sobre nuestra malograda vida y sobre nosotros. Nos invita a dejarlo todo tal y como está. Y bajo sus alas podemos encontrar la tranquilidad. Aquí ya no nos acosaran las sombras con sus alas .Nuestras sombras también tienen razón de ser. No merece la pena huir de ellas.
Para los griegos, la tranquilidad era algo sagrado. Ellos hablaban de la "anapausis", de la interrupción de la vida diaria, de la tranquilidad y del lugar para reposar. La pausa que nosotros hacemos interrumpe el ritmo febril del trabajo para que podamos descansar y recuperarnos… Pero para los griegos la tranquilidad no consiste en no hacer nada, sino en una actividad sin esfuerzo y un acto creativo. Los romanos elogiaban la tranquilidad como "otium" (ocio). Tranquilidad no es solo interrumpir el curso de la vida, no es sólo hacer una pausa, sino también calidad de vida, la calidad del ocio, de la absoluta afirmación del ser. En el ocio disfruto de la vida, percibo lo que hay a mi alrededor, me alegro de la creación, del arte, de mí mismo y de la comunidad. En el ocio estoy totalmente conmigo mismo, vivo a partir de mi centro.
Que el Ángel de la Tranquilidad te conduzca no solo a los lugares de reposo para que interrumpas el ritmo de tu vida. Que te regale más bientranquilidad interior para que puedas vivir a partir de tu centro. Cuando tú te sientas a gusto en tu centro y descanses en él, podrás hacer muchas cosas sin que tengas que precipitarte. La palabra alemana "hetzen" (correr, perseguir, precipitarse) viene de "hassen", que significa odiar. El que está constantemente acosado se odia a sí mismo. Que el Ángel de la Tranquilidad te guarde de odiarte a ti mismo. Sólo encontrarás la tranquilidad si te amas a ti mismo, si te afirmas tal y como eres. El verdadero arte de la vida consiste en permanecer interiormente tranquilo en medio del desorden, en no perder el centro como polo de reposo. En la Carta a los Hebreos se dice que es bueno respetar el descanso sabático de Dios. Ésta es la meta de nuestra vida. Pero ya ahora, en medio del curso inquieto y agitado de nuestra vida, el ancla de nuestra Alma está sujeta a la paz de Dios. El ancla de nuestra Alma nos proporciona tranquilidad, aunque a nuestro alrededor todo esté sumido en el caos.
Te deseo que el Ángel de la Tranquilidad esté siempre contigo, que te permita descansar cuando vuelvas a caer en estado de agitación febril. Pero tú también tienes que establecer puntos de reposo en los muchos caminos que tienen el camino de tu vida diaria para que el Ángel pueda conducirte a la Paz Interior. Si estás sometido a una presión tan fuerte que no ves al Ángel de la Tranquilidad que está junto a ti, tampoco él tiene posibilidad de ayudarte. Tu Alma encontrará la tranquilidad cuando te lleves bien contigo mismo, cuando dejes de juzgarte a ti mismo, cuando te contemples y contemples tu Alma excitada con ojos compasivos. Y necesitas valor para descender hasta las oscuras profundidades de tu Alma. Si ahí también encuentras la luz del Amor de Dios, ya no tienes que huir de ti mismo. Entonces puedes permanecer contigo mismo y disfrutar de la tranquilidad. Entonces el Ángel de la Tranquilidad te dirá: "Suéltate. Tienes derecho a ser como eres. Tranquilízate. Después podrás cubrir de nuevo un tramo del camino que te has fijado. Pero ahora disfruta de la tranquilidad. En ella alcanzarás la armonía contigo mismo. Cuando estés en armonía contigo mismo, ya nada te hará perder la tranquilidad".
Anselm Grün.
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