"Hay momentos en la vida en los que el tiempo parece detenerse.
A menudo son momentos de máximo ensimismamiento o entrega,
momentos en los que nuestros pensamientos y sentimientos retro
ceden y solamente estamos presentes sin más.
Ningún recuerdo nos aflige, ninguna preocupación nos inquieta.
En la presencia pura del ahora y aquí nuestro alrededor se hace
más claro y nítido.
El mundo está bien, se nos muestra con otra luz y nos impresiona
el presentimiento de su sentido universal.
Estas experiencias de presencia pura son quizás menos excepcionales
de lo que suponemos. No sólo están reservadas para los grandes
místicos y sabios que, siempre giran en torno a ellas. Más bien
son parte de la espiritualidad de la vida cotidiana: veredas en la vida
diaria que nos ayudan a mantener contacto con nuestra naturaleza
y la de la realidad.
No se quiere decir con ello que este tipo de experiencias (de presencia
, de dicha y de sentido) estén abiertas a cualquiera en cualquier
momento. Aunque a veces nos llegan de forma inesperada, deberíamos
tener más interés en ejercitar nuestra mente y nuestro sentidos
hacia ellas: aguzarlos más para hacer nuestro mundo diario una
y otra vez transparente al sentido intemporal en él latente."
-Christoph Quarch-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario