lunes, 26 de octubre de 2015
DECRETO PODEROSISIMO DE CURACION Y SANACION...
Por Decreto Divino, con el Poder, el Amor y la Gracia de Dios- Diosa, la Voluntad de Los 7 Elohims, de Los Emisarios Pleyadianos de la Luz, de MI Presencia Divina y de todas Las fuerzas divinas asociadas con la salud a todos Los niveles, Ordeno e invoco la creación activa, la encarnación y el resultado de Las posibilidades más elevadas de obtener y mantener, de manera sencilla y grácil, un nivel óptimo y constante de salud y de rejuvenecimiento físico, mental, emocional y espiritual, a Los niveles multidimensionales y álmico-celulares, en todo tiempo y espacio. También ordeno y solicito todo el apoyo necesario que sea posible para la completa y continua manifestación de una salud física, emocional, mental y espiritual perfecta en todos Los aspectos de MI existencia, incluyendo a MI Alma/s, a Sus Extensiones, habitantes previos (para walk-ins) y a todo MI linaje genético en todo espacio, tiempo y dimensión. Solicito y Ordeno a MI Presencia Divina y a todas Las fuerzas divinas de Amor y Luz que generen el continuo y completo alineamiento de mis cuerpos físico, mental, emocional y espiritual; de todos mis cuerpos energéticos, sistemas corporales, órganos, meridianos, glándulas, células, bacterias, etc., y que todos ellos jueguen/trabajen juntos en completa unidad holística. También consiento y me abro a MI plena e íntima conexión con MI espíritu Divino, mis Ángeles Custodios, Consejeros, etc., para obtener la salud y equilibrio óptimos de MI cuerpo-mente-emociones. Invoco y ordeno, con toda la fuerza de MI Ser Divino y la de todas Las demás fuerzas creadoras y sanadoras, la liberación completa de todos Los programas, creencias, votos y decretos orientados a la no-salud, no-inmortalidad, dolor, sufrimiento y muerte, para mí, para MI/s Alma/s y todos sus aspectos y extensiones, así como para todo MI linaje genético en todo espacio, tiempo y dimensión! Libero todos ellos a la Luz, así como cualquier otro elemento que pueda haber estado apoyando el mantenimiento de cualquiera de dichos acuerdos, votos, creencias, programas, implantes, etc. Pido la completa sanación multidimensional, la limpieza/sanación kármica y la absolución para todos Los aspectos de MI existencia relativos a la salud y la sanación, así como la completa liberación, sanación y perdón por todas mis vidas pasadas de enfermedad y muerte y sus traumas asociados, votos, acuerdos, recuerdos, arrepentimientos, maldiciones, etc. E invoco a Los Arturianos para que eliminen cualquier implante, programa o fragmento álmico perteneciente a MI Alma/Almas, aspectos de MI alma y de MI linaje genético, para su sanación y perdón. E invoco del Consejo Kármico la completa absolución kármica y la sanación de todos Los registros relativos a dichas vidas, y la de todos Los seres asociados a ellas. Envío Amor a todos esos aspectos de MI ser para liberar todos esos programas y vidas, y para perdonar todas Las experiencias que Los crearon para que experimentase la desconexión y la enfermedad, y para que adoptase creencias y votos de malestar, enfermedad y muerte. Invoco a todas mis Almas, aspectos álmicos y linaje genético, y les pido a todos ellos que acepten la salud divina y la inmortalidad física y espiritual como nuestra forma natural de ser, nuestra realidad y nuestro derecho de nacimiento. Invoco a Los 7 Poderosos Elohims y Emisarios lemurianos para que graben en mí Los proyectos originales del Humano Divino, a fin de que se produzcan, con facilidad y gracia, la activación de MI ADN durmiente y la regulación funcional de mis glándulas y demás sistemas, para que se activen hasta su potencial divino todo MI ADN y todos Los sistemas de mis cuerpos físico y energético, a fin de que encarne plena y completamente MI Presencia Dios-Diosa-Cristo y se Cree MI Cuerpo Crístico, MI cuerpo inmortal de luz. Acepto y encarno esta presencia divina que realmente Yo Soy ahora y para siempre. Permito que ese Cuerpo Crístico Cree para mí una vida y una experiencia de verdadero amor incondicional y creación divina. También solicito obtener con facilidad y gracia la habilidad de manejar energética, física, mental, emocional y espiritualmente Los crecientes niveles de luz y de amor que encarno a través de la apertura continua y la expansión de MI Corazón, manejando así también Los síntomas mutacionales subsecuentes que deba experimentar para dichas activaciones (que pueden manifestarse como algo parecido a resfriados y gripes, malestares, Dolores, moqueo, pérdida de memoria, desplazamientos temporales, jaquecas, alteraciones de la visión y de Las funciones glandulares, etc.). También invoco, solicito y ordeno completa inmunidad interdimensional, a fin de obtener megarecarga inmunitaria y continuo apoyo cuántico para que MI sistema inmune funcione con la máxima eficacia, así como obtener con facilidad y gracia la habilidad de alinear, transmutar y liberar toxinas, bacterias perjudiciales, parásitos e implantes físicos y etéricos, virus, metales pesados, radiación, drogas, alimentos genéticamente modificados, etc., así como cualquier otra cosa que actúe en detrimento de la salud de mis sistemas y todo aquello que no esté alineado con MI Alma. Solicito y ordeno la continua descarga, actualización, activación y la integración más acelerada y completa de los programas disponibles para la salud, inmortalidad, rejuvenecimiento y mantenimiento de mi Cuerpo de Luz. Así como los programas óptimos para la completa transmutación de mi ADN y glándulas endocrinas, meridianos, etc. y de mi sistema corporal. Solicito y ordeno la completa conexión/reconexión y alineamiento con la Madre Tierra/Gaia, Buddha (nuestro logos planetario [el encarnador] y Sanat Kumara formal), y todos los elementos necesarios para esta dicha salud perfecta, incluyendo las activaciones de mi Cuerpo de Luz/ADN/glándulas/chakras, absolución kármica, limpieza de registros, perdón, etc., y el apoyo de todos los Devas, Hadas, delfines, ballenas, unicornios, antiguos chamanes, etc., y la ayuda de los equipos de asistencia mutacional, de activación del cuerpo de luz, y de sanación galáctica y dimensional. Me abro, permito, solicito y ordeno apoyo continuo, incluyendo sanaciones Ascensionales multidimensionales, activaciones y energía para la Sanación Divina de (inserte a quienes desee) el Doctor Lorphan y los Sanadores de la Federación Galáctica, los Ángeles Sanadores, Sai Baba, Los 7 Sanadores Tibetanos, los especialistas extraterrestres en el Cuerpo de Luz: Arcturianos, Emisarios Pleyadianos de la Luz, Liga de Luz de Sirio, Maestros Ascendidos, el Comando Ashtar, etc., y de los Hathors (los especialistas en el Corazón/Amor), Equipos APM, etc., y de los guardianes de los registros kármicos y consejo kármico. Y la liberación, sanación y perdón de todo lo que pudiera estar impidiendo mi completo alineamiento con Gaia o con cualquiera de estos equipos de apoyo. También solicito y ordeno la habilidad y la capacidad de conocer y recibir siempre las artes y habilidades de sanación óptimas, y la de manifestar a los sanadores más acelerados y equilibrados que haya disponibles. Y la habilidad y la capacidad de ser siempre capaz de sanarme a mí mismo y de mantener mi salud óptima. También solicito todas las energías sanadoras de: Reiki, Shiatsu, Sekhem, Seichem, Sanación Pránica, etc. (inserte las que desee), y que me sean integradas y estén a mi disposición todas las artes sanadoras tales como: Trasmutación emocional, Acupuntura, Naturopatía, Homeopatía, etc., y otras artes sin nombre. También me abro a todos los ejercicios físicos y energéticos, de reCreación y de comunión, tales como: nadar, correr, pesas, Yoga, DO-IN, Tai Chi, Chi Gung, Falun Dafa, siestas, etc., y todo lo que pueda ayudar a mi salud física, emocional, mental y espiritual. Y libero cualquier pereza y cualquier programa de carencia o de dejadez tal como: “no hay tiempo suficiente”, “no tengo suficiente energía”, etc. Y me impregno, me abro e integro en mis cuerpos el conocimiento natural de mis necesidades óptimas, incluyendo: bebida, comida, temperatura, ubicación planetaria, ejercicio, sexo, postura, pautas de sueño, etc. Y decreto, ordeno y me abro a comprender que siempre estoy y estaré haciendo lo acertado, con las personas adecuadas, en los lugares apropiados y en el momento preciso. También solicito y ordeno la manifestación de los poderes para la creación y manifestación de dinero y recursos más que suficientes para apoyarme en la adquisición de cualquier alimento, bebida, suplemento, hierbas, productos y terapias que necesite para obtener mi salud óptima y mi rejuvenecimiento, inmortalidad, equilibrio, para estar centrado, desarrollarme, etc., ¡y tener siempre un suministro abundante de dinero para comprar lo que necesite para la creación y el mantenimiento de mi salud óptima y de mi misión! Invoco que venga a mí cualquier cosa que necesiten mis células, órganos, sangre, huesos, tendones, ligamentos, glándulas, bacterias beneficiosas, etc., que se requiera para su salud y felicidad óptimas. Y agradezco a la Madre Tierra y a los reinos vegetal, mineral y animal por proveerme de todo lo que necesite para mi salud y felicidad óptimas. Y agradezco a todos los equipos de apoyo que me vienen ayudando y que van a ayudarme a mantener mi salud divina, la encarnación de mi Divinidad y el conocimiento de mi Magnificencia Divina. ¡Esto es lo que decreto, en el nombre de Dios- Diosa-Todo-Lo-Que-Es, y de mi propia Presencia Divina Dios-Diosa! ¡Y Así Es! En Salud Divina e Inmortalidad, Yo Soy (tu nombre)
miércoles, 21 de octubre de 2015
LA LEY DEL PÉNDULO
Resulta interesante tener un reloj de pared en casa, no solo para saber las horas sino también para reflexionar un poco.
Sin el péndulo el reloj no funciona; el movimiento del péndulo es profundamente significativo.
En los antiguos tiempos el Dogma de la Evolución no existía, entonces los sabios entendían lo de que los procesos históricos se desenvuelven siempre de acuerdo con la ley del péndulo.
Todo fluye y refluye, sube y baja, crece y decrece, va y viene de acuerdo con esta ley maravillosa.
Nada tiene de extraño que todo oscile, que todo esté sometido al vaivén del tiempo, que todo evolucione e involucione.
En un extremo del péndulo está la alegría, en el otro el dolor; todas nuestras emociones, pensamientos, deseos, oscilan de acuerdo con la Ley del Péndulo.
Esperanza y desesperación, pesimismo y optimismo pasión y dolor, triunfo y fracaso, ganancia y pérdida, corresponden ciertamente a los dos extremos del movimiento pendular.
Surgió Egipto con todo su poderío y señoría a orillas del río sagrado, más cuando el péndulo se fue al otro lado, cuando se levantó por el extremo opuesto cayó país de los faraones y se levantó Jerusalem, la ciudad querida de los Profetas.
Cayó Israel, cuando el péndulo cambió de posición y surgió en el otro extremo el Imperio Romano.
El movimiento pendular levanta y hunde imperios, hace surgir poderosas civilizaciones y luego las destruye, etc.
Lo real, la verdad es lo que nos interesa; más esto no es cuestión del péndulo, no se encuentra entre el vaivén de las teorías y creencias.
La verdad es lo desconocido de instante en instante, de momento en momento.
La verdad está en el centro del péndulo.
Samael Aun Weor
martes, 13 de octubre de 2015
La hoja blanca
Dijo un día una hoja blanca de papel: “Me he formado blanca, nítida, inmaculada y pura, y así seré hasta la eternidad. Prefiero quemarme y volverme ceniza blanca antes de permitir que me mancille la negrura y me macule la suciedad”.
Oyó un tintero aquellas razones y se rió en su negro corazón, pero no se atrevió a tocar aquella hoja blanca de papel.
La oyeron también las plumas y tampoco la tocaron. Y así permaneció la hoja de papel blanca, nítida, cual la nieve... pero vacía.
Kahlil Gibrán
miércoles, 7 de octubre de 2015
Que es la Fe?
¿Cómo podemos definir la fe? ¿Es un sentimiento? ¿es un salto al vacío? ¿es un tranquilizante ante mis problemas? La reflexión de este mes se centrará en comprender un poco mejor qué es la fe para que sea una fe más madura, más solida, y así podamos avanzar más seguros hacia la meta última de nuestra vida.
LA CONFIANZA: UNA ACTITUD NATURAL
El mundo de hoy muchas veces cuestiona a las personas que tienen fe. Se les considera ingenuas, ilógicas, supersticiosas. Parecería que para tantos hombres y mujeres de nuestro tiempo resulta difícil creer en algo o alguien sin poder verlo con los propios ojos y tocarlo con las propias manos.
Creer y confiar en la palabra de otra persona es, sin embargo, algo natural y cotidiano; ni siquiera el más convencido ateo podría considerarse un incrédulo absoluto, pues cada vez que adquiere un producto o un alimento confía en las personas que lo han elaborado. Tal vez no creerá en Dios, pero en lo cotidiano "creerá" en muchísimas cosas y personas sin estar constantemente analizando las razones para hacerlo. Por ejemplo, cuantas veces creemos, sin cuestionar, lo que dicen los noticieros, las películas o los diarios. Más aún, le creemos a las personas que amamos, o a quienes les reconocemos cierta autoridad, sin tener que estar verificando constantemente lo que nos dicen. Sería realmente imposible vivir si dudásemos de todo lo que se nos dice hasta que sea demostrado. El mundo, es un sentido, se paralizaría.
Para el ser humano natural creer y confiar y la fe cristiana, que implica un acto similar en cuanto es creencia y confianza, es una postura nartual, que no hace a los cristianos ni ingenuos, ni tontos, ni ilógicos. Sin embargo, resulta comprensible que para temas más trascendentes y misteriosos exijamos mayores razones, y está muy bien que sea así.
FE: DON DE DIOS Y ACTO HUMANO
La disposición natural de las personas para creer y confiar encuentra una seguridad y una certeza muy grande en la virtud teologal de la fe, porque es confiar en Dios, quien nunca nos falla ni nos abandona, que ni se engaña ni nos puede engañar.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que la fe es la adhesión personal del hombre a Dios que nos ha creado a su Imagen y Semejanza y, además, ha querido revelarse, darse a conocer. Dios «habla a los hombres como amigo, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunión consigo y recibirlos en su compañía. La respuesta adecuada a esta invitación es la fe». Por la fe nosotros aceptamos a Dios que se revela, aceptamos su invitación a vivir con Él.
El Catecismo nos ilumina, además, dando dos características muy importantes de la fe.
- En primer lugar afirma que la fe es una gracia, un «don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él». Es un regalo que Dios nos da, manifestación inmensa de su amor. Dios no le niega nunca este regalo a quien lo busca sinceramente y lo pide con humildad.
- Por otro lado Dios respeta la libertad del hombre. La fe es también un acto humano, que depende de la libertad y la inteligencia del hombre que deposita su confianza en Dios y se adhiere a las verdades por Él reveladas.
Recordemos siempre, entonces, que como todo don divino, la iniciativa es de Dios. Él nos ama primero, y nos ofrece la gracia de la fe que ilumina nuestro entendimiento y voluntad. Como toda invitación, espera una respuesta. Esa respuesta al don de la fe es la aceptación libre, el asentimiento a las verdades y promesas por Él reveladas.
Esto nos lleva a una pregunta que probablemente nos hemos hecho alguna vez: ¿Y cuál es el motivo por el cual creemos? En el fondo, como enseña el Catecismo, creemos gracias a «la autoridad de Dios mismo que se revela y que no puede engañar ni engañarnos».
En el lenguaje familiar decimos que "creemos" en una persona, o le tenemos "fe". Solemos expresarnos de esta manera cuando manifestamos que podemos confiar en esa persona. Por lo general es así porque se ha ganado nuestra confianza, no ha demostrado que es fiable. Algo similar, pero a la vez infinitamente superior, podemos decir de Dios. Por fe creemos en Dios y le creemos a Dios con una certeza que nadie más que Él merece. La fe teologal es «más cierta que todo conocimiento humano porque se funda en la Palabra misma de Dios, que no puede mentir».
Además existen muchísimas razones para creer. Argumentos que nos ayudan a fortalecer y anunciar nuestra fe, como por ejemplo: Es impresionante como toda la Revelación de Dios a lo largo de la historia tiene un hilo y una coherencia maravillosos: Cada acontecimiento le van dando sentido a lo anterior; por otro lado las verdades de la fe se entrelazan unas con otras con una armonía muy misteriosa; los milagros han ido confirmando muchas de estas verdades de fe y son una ayuda ante nuestra poca fe; Tantos santos que ha tenida la Iglesia también son una garantía de que viviendo la fe se alcanza la felicidad, etc.
LA "PUERTA DE LA FE"
Las palabras del Papa Benedicto XVI con las cuales inicia la exhortación apostólica Porta Fidei, en la que convoca el Año de la fe, recuerdan un pasaje de los Hechos de los Apóstoles. San Pablo, luego de predicar el Evangelio en diversas ciudades, se detiene finalmente en Antioquía. A su llegada «reunieron a la Iglesia y se pusieron a contar con todo cuanto Dios había hechos juntamente con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe» (Hech 14,27). La fe, señala el Papa, es como una puerta que nos introduce en la vida de comunión con Dios y a la vez nos permite la entrada en la Iglesia.
La figura de la puerta nos habla de entrada, de inicio. Nos recuerda el ingreso a un nuevo tipo de vida, que además involucra todo nuestro ser. No cruzamos el umbral de la fe sólo con una comprensión teórica de las verdades, sino cuando escogemos la gracia de Dios y emprendemos un camino de conversión total, que se manifiesta con todas las dimensiones de nuestra vida. Se cruza este «umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma», y supone «emprender un camino que dura toda la vida». Es, en este sentido, una opción fundamental que alcanza toda nuestra existencia.
La fe es integral, es decir, debe iluminar nuestra mente, ser acogida en el corazón, y manifestada en las acciones de nuestra vida cotidiana. El Papa lo dice con mucha claridad: Tener fe en el Señor «no es un hecho que interesa sólo a nuestra inteligencia, el área del saber intelectual, sino que es un cambio que involucra la vida, la totalidad de nosotros mismos: sentimiento, corazón, inteligencia, voluntad, corporeidad, emociones, relaciones humanas».
La fe es integral, es decir, debe iluminar nuestra mente, ser acogida en el corazón, y manifestada en las acciones de nuestra vida cotidiana. El Papa lo dice con mucha claridad: Tener fe en el Señor «no es un hecho que interesa sólo a nuestra inteligencia, el área del saber intelectual, sino que es un cambio que involucra la vida, la totalidad de nosotros mismos: sentimiento, corazón, inteligencia, voluntad, corporeidad, emociones, relaciones humanas».
La imagen de la puerta nos remite también a unas palabras del Señor Jesús sumamente iluminadoras: «En verdad, en verdad o digo: yo soy la puerta de las ovejas (...) si uno entra por mí, estará a salvo» (Jn 10,7.9).
Los cristianos conocemos de Dios lo que nos ha revelado Jesucristo: Que dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo Dios verdadero en tres personas distintas, ese es el contenido esencial de nuestra fe. Por ello, creer en Dios es inseparable de creer en el Señor Jesús, que nos reconcilia y salva. Dios se revela a través de su Hijo y nos invita a la comunión, a vivir como verdaderos amigos suyos.
La puerta de la fe se abre ante nosotros para que podamos encontrarnos con Cristo, y seguirlo. Él es «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6).
CAMINAR Y CRECER EN LA FE
Cruzar el umbral de la puerta de la fe, sin embargo, no basta. Como hemos visto, el don de la fe implica una respuesta continua para cultivar ese don, ya que sin la fe no crece, se va enfriando y va desapareciendo. La fe, como señala San Agustín, «se fortalece creyendo». La vida de oración, recurrir a los sacramentos como son la Confesión y la Eucaristía, estudiar los contenidos de la fe con el Catecismo, acudir a sacerdotes y personas con experiencia, visitar iglesias y santuarios, son medios a nuestro alcance para caminar y crecer en vida de fe. Pero por encima de todo ello necesitamos pedir al Señor el don de la fe, que nos ayude a fortalecerla y acrecentarla.
Una de las grandes riquezas y ayudas de la fe cristiana es que caminamos juntos como una sola familia. Ningún crisitano avanza solo por el sendero de la fe. Como miembros de la Iglesia, nos apoyamos unos a otros y recibimos de Ella las gracias y auxilios que necesitamos "hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento pleno del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo (Ef 4,13). Juntos nos vamos perfeccionando. Por eso cuando decimos "creo" estamos diciendo al mismo tiempo "creemos".
Esa dimensión comunitaria de nuestra fe nos llena de alegría y esperanza. Como dice el Catecismo:«yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros».
Por otro lado el cristiano «no puede pensar nunca que creer es un hecho privado». Lo más natural es compartir lo que creemos. Cuando tenemos algo valioso, algo que vale la pena, se lo decimos a todos nuestros familiares, amigos y conocidos. Así como el sol no puede dejar de iluminar, el que lleva la llama de Cristo no puede esconderla. Y no se trata de enseñar teoría, sino de presentarlo como quien presenta a un amigo: "Te presento a Jesús", para que otro pueda decir: "mucho gusto en conocerte".
«La fe, en efecto explicaba el Santo Padre, crece cuando se vive como experiencia de un amor que se recibe y se comunica como experiencia de gracia y gozo. Nos hace fecundos, porque ensancha el corazón en la esperanza y permite dar un testimonio fecundo».
CITAS PARA LA ORACIÓN
- Qué es la fe: Jn 9,36-38; Heb 11,1.
- Pedir el don de la fe: Mc 9,23-24; Lc 17,5.
- Fe y salvación: Mt 9,22; Mt 8,5-12.
- Fortalecer nuestra fe: Mt 17,19-20; 1Pe 1,6-9, 2Pe, 1,1-11.
- La fe se manifiesta en obras: Stgo 2,14-24
domingo, 4 de octubre de 2015
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